Deseo

Y de repente me encuentro respondiendo a la llamada de un desconocido.
No sé cuál ha sido la razón, pero ahí estoy, caminando bajo la lluvia hacia un céntrico hotel de mi ciudad a una hora de la tarde en que la gente normal se despereza de la siesta para volver al trabajo.
No pienso demasiado en lo que estoy haciendo. Solo dos minutos de lucidez para enviar un mensaje indicando el hotel y número de habitación a la que me dirijo por si hay algún problema.
Camino por el casco antiguo y de pronto me sorprendo impaciente por llegar.
No conozco a quien me espera, apenas un café fue el tiempo que nos llevo intercambiar nuestros números de teléfono.
No sé qué es lo que voy a encontrar cuando cruce la puerta de la habitación, pero ahí voy de todas formas y he de reconocer que la idea me excita.
Entro en la recepción y me dirijo directamente al ascensor. La recepcionista me mira con recelo. Estoy empapada y con aspecto desorientado.
Subo al segundo piso y busco la habitación.
Encuentro la puerta abierta.
La habitación es pequeña y hace algo de frio. Hay una gran cama que ocupa casi todo el espacio, el techo abuhardillado hace que parezca aun menos espaciosa.
Sobre la cama, sin pantalones esta él.
Parece tranquilo, pero está expectante, creo que tampoco sabe muy bien  qué es lo que hago aquí.
Dejo mi abrigo mojado y mi bolso sobre una silla que hay al lado de la puerta. Le dirijo una sonrisa y me quito la ropa. La dejo caer sobre la silla sin darle mucha importancia y me meto en la cama. Estoy destemplada, la lluvia me ha calado.
Se quita la camisa y se mete en la cama conmigo. Se acerca a mi espalda y me abraza con ternura. En ese momento pierdo todo el autocontrol que aun me queda y me abandono en ese abrazo.
Mantenemos durante un momento una conversación insustancial. Recuerdo que en la televisión emitían un bonito documental sobre leones.
Me giro y le miro a los ojos, profundos, verdes, intensos.
Me besa, es un beso suave, dulce, demasiado dulce para un desconocido y me abandono por completo.
Nos recorremos el uno al otro con caricias suaves, descubriendo nuestros cuerpos y despertando la pasión.
Nos besamos con calma y descanso mientras juntamos nuestros cuerpos.
Se introduce en mí y me estremezco. Siento su fuerza en mi interior.
Comenzamos un baile de vaivenes y jadeos hasta llegar a un orgasmo que me sacude como una descarga eléctrica.
Terminamos con un beso. Nos derrumbamos juntos sobre la cama y nos fundimos en un abrazo.
Durante un breve espacio el tiempo se detiene.
Poco después vuelvo a ponerme mi ropa mojada, un poco menos mojada ahora.
Le beso en los labios y prometo otro encuentro.
Salgo de nuevo a la fría y húmeda tarde.
Y sonrió.

Nashaimm

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