Vicios oscuros que no puedes desvelar, amores nocivos a los que no puedes renunciar…

Aquí estamos de nuevo recuperando antiguos vicios, esos que son solo propios, que nadie conoce y que nunca reconocerías.

Esos vicios que solo tienen que ver con los sentimientos, con los más oscuros, con los mas privados.

Esas sensaciones que tienes cuando conoces a alguien por primera vez y solo piensas en quitarle la ropa, o cuando en el inicio de una relación el cuerpo te pide salir corriendo.

Lo mío es algo así pero diferente.

Soy cobarde, esa es la conclusión a la que me lleva el análisis de mis pasiones. Me embarco en historias terminadas, lo sé desde que empiezan.

Salto al vacío tras amores imposibles y me entrego en la lucha como la leona que soy. Es mi miedo al compromiso, a los cambios lo que me hace actuar así.

Eso es fácil de ver, solo hay que conocer un mínimo mi trayectoria amorosa.

Lo que no es tan sencillo de ver, y he aquí donde está el vicio, es que todas las sensaciones que los amores suicidas me reportan, el dolor, la angustia, la desilusión, todas me hacen sentir más vivas que el amor puro.

Estas sensaciones me completan, son parte de mí y en cierto modo son reconfortantes. Como esos pequeños dolores auto infligidos como apretar fuerte los puños para sentir las uñas clavándose en la piel.

Así me siento yo agarrada a mis amores imposibles.

Dolorida pero viva.

Paz.