Un día cualquiera.
Un día tú te levantas feliz de la vida. Hay niebla y sonríes como una boba
porque te encanta, sales a la calle y disfrutas de una mañana un poco extraña
pero gratificante.
Transcurre el resto del día sin demasiadas emociones y sales a tomar algo
con unas amigas como es habitual, porque las chicas cañeras de vez en cuando se
juntan para dar caña.
Y entonces, así, sin más, te encuentras con tu pasado en un bar. Pero no
con tu pasado, pasado, sino con tu pasado más reciente, ese que todavía escuece.
Como una boba te quedas en blanco, te tiemblan las piernas y piensas…, voy
a ser consecuente, dije que ni hola. Y entonces tu pasado se acerca, te agarra
por la cintura, te planta dos besos y un como estas y vuelves al estado de ayyy
señor que no entiendo nada!!!!.
Fríamente, o al menos todo lo fría que eres capaz de estar después de que
el mapa de la rioja corra por tus venas como si no hubiera un mañana, piensas:
hay que ver lo que le gusta quedar bien a este muchacho!!! Pero luego te asalta
la duda, (maldita duda), ¿Qué necesidad tiene ahora este de quedar bien?, después
de los hechos acontecidos con un hola desde lejos habría sido suficiente, pero
no!!! Hay que arrimarse y plantar dos besos y dejar en el aire una frase, que
en mi estado etílico repercute en un sms de lo más inocente, pero que sabes que
mandas con toda la intención de recibir una respuesta y con todo el miedo también
de recibirla.
El caso es que acabas tu vino y huyes despavorida hacia otro bar donde
poder acallar las voces que te gritan desde dentro en otra copa de vino.
Cuando ya crees que se han callado te vas a casa, cruzas la puerta y te das
cuenta que nada más lejos de la realidad, un millón de dudas absurdas cruzan tu
cabeza y como el sueño no llega, en mi caso, decido plasmar mis inquietudes en
una entrada nueva de mi blog mientras doy calor a mis palabras con una copa de
bourbon para ver si así me deja cao y duermo la noche de un tirón.
Que con la alteración hormonal de esta adolescencia tardía estoy que no
pego ojo, y encontrarme con la fuente de mis deseos me ha dejado desasosegada.
Bonito verbo el desear, yo deseo, yo deseo…y aquí empiezo a divagar… yo
deseo un sms que resuelva las dudas, yo deseo un encuentro carnal, yo deseo tu
boca en la mía, tus manos en mi cintura, mi pecho contra el tuyo, yo deseo
momento de intimidad silenciosa, yo deseo tu cuerpo unido al mío, yo te deseo…
Vamos… que mejor me voy a la cama a ver si el bourbon hace efecto y me dejo
de tonterías, que al fin y al cabo ,
como decía Calderón, la vida es sueño, y los sueños, sueños son.
Comentarios
Publicar un comentario