Me he vuelto a equivocar

Resucitar antiguas relaciones significa traer con ellas los viejos errores.

A todos la vida nos va enseñando y nos hace modificar ciertas conductas. Pero cuando se trata de relaciones pasadas, y con relaciones no solo me refiero a las sentimentales, si no a todo tipo de relación, los patrones se repiten una y otra vez. Y es que en el fondo no cambiamos y cuando volvemos a una situación ya vivida nos con comportamos de la misma forma que lo hicimos antaño.

Eso es lo que me ha sucedido. Después de retomar una relación antigua que hacía años se había perdido he vuelto a los mismos patrones que en su momento me hicieron desistir.

Lo peor no es comprobar la falta de empatía e interés ajeno, que al fin y al cabo ya conoces desde hace años, aunque siempre sorprende que no haya habido demasiada evolución después de tanto tiempo.

Lo peor es comprobar que a pesar de lo vivido, del daño sufrido, de los golpes recibidos, a pesar de conocer el desenlace y saber que lo más fácil es que vuelvan a decepcionarte, sigues comportándote de la misma manera.

Y es que aunque en estos años he descubierto cosas de mi que no sabía y algunas que han llegado a sorprenderme, saber que existe alguien que es capaz con sus maneras de volver a convertirte en la parte de ti que mas detestas, en la que te asusta, en la que es cobarde, frágil, autocompasiva e insegura. Todo eso que con esfuerzo, después de años de lucha, después de que destrozaran todo lo bueno y solo quedara de ti esa parte, has levantado y sobre ello construido los cimientos de la persona que intentas ser a diario se ve amenazado por viejos vicios. Vicios de los que no puedes culpar a nadie más que a ti misma. Eso es lo que más asusta de todo.

Ver que aun no eres capaz de dejar atrás el dolor que produjeron las heridas sufridas en anteriores relaciones, ver que no puedes dejar de comportarte de la misma manera en la que lo hacías cuando esas heridas fueron infligidas, reconocer que responde a un patrón de conducta de autoprotección y autodestrucción en igual medida y que a pesar de saber que eso debe cambiar y debes dejarlo atrás no encuentras la manera de hacerlo, es decepcionante y desolador.

Hace tiempo recuerdo haber dicho a alguien que se saboteaba a sí misma en cuestiones sentimentales. Lo que no le dije es que si quería saber lo que era un buen sabotaje debería ser yo la que impartiera la clase.

Llevo toda una vida prohibiéndome sentir, después de mi última relación directamente he erradicado cualquier tipo de sentimiento romántico que puede complicar mi vida. Solo me he embarcado en relaciones terminadas y sin futuro para así evitar la posibilidad de volver a ceder mi espacio y mis sentimientos a nadie. Y si en algún momento alguien me ha hecho dudar siempre he conseguido deshacerme del lastre sin remordimientos. Pero ahora, con mi viejo fantasma me he vuelto a arriesgar, he vuelto a ceder un espacio a alguien a quien he querido y querré, aunque solo fuese de manera personal y no sentimental, eso sí, sin dejar caer los muros del todo, y he vuelto a comprobar que lo que no fue no será, que quien no te quiso no te querrá, y que por mucho empeño que pongas de tu parte sigue sin valer para dos.

En resumen, siempre se tropieza en la misma piedra, da igual las veces que la encuentres en el camino.

Paz.

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