Ángel

Sale el sol y mientras salgo de su habitación del hotel me doy cuenta que se me ha vuelto a ir de las manos.

Hace tiempo me prometí que no volvería a pasar, que ya no tenemos edad para juegos y menos de los que se juegan con armas cargadas y bombardean sentimientos.

Es fácil mantenerse al margen en público, pero solos... Se derrumban los muros, bajan mis defensas y me quedo desnuda y me doy cuenta que cuando me quita mi coraza sólo soy una niña asustada.

Me entrego y pierdo el control, no puedo evitar sentir.

Siento irá y remordimiento, pena, dolor, angustia y miedo.

Y lo peor de todo, siento amor, ese que hace mover montañas, que hace recorrer kilómetros. El que aprisiona el corazón y forma un nudo en la garganta, el que llena los ojos de lágrimas que no llegan a caer.

Los dos lo sabemos e intenta ayudarme a lidiar con ello pero yo ya no estoy allí, me he ido a otro tiempo, a otra habitación de hotel, a otros brazos y otros besos.

Estoy allí donde vendí mi alma, donde perdí los sentimientos puros y oscurecí mi corazón, donde me convertí en lo que soy.

Aún así lo sigue intentando, intenta traerme de vuelta entre besos y caricias y esas palabras tan sabias que sólo el conoce.

Casi lo consigue pero entonces sale el sol y las tinieblas vuelven a guarecerse en mi interior y aunque hemos estado cerca de arreglarlo se nos ha escapado la oportunidad entre los dedos y sabemos que no habrá otra.

Nashaimm.

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