Desolada

Caminamos por la playa, descalzos, cogidos de la mano, parecemos una postal, tiernos y románticos. Como si la ternura y el romanticismo formaran parte de nuestras vidas, ¡ con lo lejos que andamos de eso!.
Alguna vez nos regalamos estos momentos, creo que para intentar dar sentido a todo lo demas.
Lo más normal es que nunca nos tomemos de la mano, ni nos demos un beso, ni nos dediquemos una caricia y mucho menos en lugares públicos.
Los dos sabemos que ese paseo "romántico" no tiene mucho sentido, pero una vez en casa volveremos a la rutina.
Nos arrancaremos la ropa y dedicaremos unas horas a tener sexo, eso, sexo, sólo sexo, sin ternuras, sin mimos, sólo sexo, animal, descarnado, casi salvaje.
Pero ahora paseamos por la playa tomados de la mano. No hablamos porque nos da miedo el tema de conversación, ninguno tiene ganas de mantener una conversación trivial y la alternativa nos dejaría sin nuestro final feliz y al fin y al cabo es lo que ambos perseguimos.
Me pierdo en mis pensamientos. Analizo el porqué de seguir paseando a tu lado. Ha pasado tanto tiempo que ya ni recuerdo los motivos por los que me uní a ti. Creo que en algún momento fuimos amigos, cómplices, pero hace tanto que mantenemos esta guerra de poder que parece parte de otra historia.
Ahora casi no nos tocamos, salvo en la cama, esta conducta entre nosotros está tan arraigada que el contacto físico en general ha comenzado a resultarme molesto, no soporto que nadie invada mi espacio.
Casi nunca hablamos por el placer de conversar, sólo discutimos, sólo nos herimos; este comportamiento también está haciendo que mis relaciones sociales se tornen complicadas, me resulta realmente trabajoso no estar a la defensiva y lista para el ataque con cualquier interlocutor.
Me he dado cuenta que me asustan los halagos, que me incomoda la intimidad y que recuperar todo lo que he perdido estando a tu lado se me hace casi imposible. También me he dado cuenta que hace tiempo que no me importa mi aspecto, me da igual como salgo a la calle.
Mientras paseo de tu mano pienso en todo esto y me pregunto por qué sigo agarrada a ella. La respuesta es aterradora, y es que me he ido transformando poco a poco en ti y ya no estoy segura de quien soy ni de cómo volver a ser quien era. Como recuperar todo lo que perdí por tomarme de tu mano.
Se que es lo que tengo que hacer, debo soltarte y correr, correr lejos de ti y sin embargo otra vez más continuaré atada a ella mientras busco las fuerzas necesarias para soltarme, me iré contigo a casa, disfrutaremos de lo único bueno que aun nos queda y después volveremos a mirar cada uno para un lado.
Paz.

Si lo has disfrutado comparte.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares