Camino sobre la alfombra que se tambalea a cada paso.
Camino sobre la alfombra que se tambalea a cada paso.
Hace tiempo que barrí bajo ella tu recuerdo y desde que la vida dio la vuelta no hace más que querer escapar.
A veces se asoma por una esquina devolviéndome el tacto de tus caricias, se me acelera el corazón y me parece sentir tus gemidos en mi oído, luego recuerdo que me prohibí las caricias hace tiempo y que hay momentos que no se repetirán jamás.
Cojo la escoba de nuevo y te barro bajo ella, el ondulante movimiento que produces al entrar me mece en un mar calmo e indiferente en el que todo es blando e inconsistente.
Mantengo el equilibrio igual que en un barco. No me mareo, ya no, es agradable y desolador.
Entonces me cruzo con tu mirada, es tan solo un instante y es suficiente para sentir un terremoto bajo mis pies.
Tropiezo y me caigo, me magullo las rodillas y pierdo el control. Pasarán días antes de que pueda volver a meterte bajo la alfombra con mis otros miedos.
No sé por qué sigo forzándome a esos encuentros que desestabilizan el orden de mi rincón del caos.
Quizás solo para poder seguir creyendo que puedo sentir algo más que vacío.
Pazz.
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